Lanzarse piqueros, sobre todo en las playas en esta época estival, es un juego típico tanto de niños, jóvenes y algunos adultos. Sin embargo, algo que podría considerarse como un juego tranquilo para disfrutar y capear el calor, puede llegar a causar consecuencias graves e incluso el fallecimiento del bañista.
Según explicó el Dr. Miguel Ángel Segovia, Neurocirujano de Clínica Bupa Antofagasta, “las lesiones en columna cervical pueden producir daños a nivel de la médula espinal. Es decir, trastornos neurológicos severos y muchas veces permanentes y una de las causas más frecuentes, sobre todo estos meses, son las lesiones producto de un fuerte impacto luego de un piquero, ya que la persona se lesiona la sección medular y a veces, hay pérdida total del funcionamiento neurológico”.
El profesional fue enfático: “estos accidentes son de alta morbimortalidad, es decir, tienen un alto porcentaje de muertes o secuelas”.
Consecuencias
El Dr. Segovia señaló que este tipo de lesiones afecta principalmente a jóvenes, quienes de forma intrépida y sin evaluar las consecuencias que puede traer, se lanzan al agua sin calcular que es muy factible que impacten con rocas y su vida cambie de un momento a otro.
“El hecho de producirse estas lesiones catastróficas conllevan que, aparte de ser de alto costo monetario tanto para la familia como los sistemas de salud, son de alto costo emocional para el paciente, su seres queridos y todo su entorno”.
Respecto a las consecuencias de los piqueros, el neurocirujano de Clínica Bupa Antofagasta indicó que “la etapa inicial corresponde a la estabilización del paciente. Las lesiones cervicales y las fracturas producen un riesgo vital inminente en donde el paciente requiere ingresar a la UCI para su estabilización”, explicó Segovia para añadir: “una vez estabilizado en primera instancia, se debe llevar a pabellón para una estabilización quirúrgica del segmento comprometido”.
El médico comentó además de que estas operaciones son de alta complejidad, ya que “requieren intervenciones circunferenciales, por vías anteriores y/o posteriores con el objetivo de preservar o mantener, si es que hay, las funciones neurológicas y así iniciar la rehabilitación de la persona, quien muchas veces queda en silla de ruedas de por vida. En resumidas cuentas, estas cirugías son complejas y requieren de equipos multidisciplinarios”.
Finalmente, el especialista llamó a la comunidad a no lanzarse piqueros y así evitar eficazmente cualquier tipo de daño que, muchas veces llega a ser irreparable. “El mejor piquero es el que nunca se tira”, afirmó.